Las adivinanzas son tan importantes como los cuentos y fábulas porque forman parte de lo que denominamos literatura oral de tradición infantil. Con los alumnos, podemos empezar por darle la importancia que tienen en primer lugar teniendo claro qué es una adivinanza y sus principales características para luego mostrarles que las adivinanzas son poética y culturalmente valiosas. Luego, organizar con ellos una recopilación evitando, de momento, las versiones escritas. Preguntando a abuelos, padres, vecinos o simplemente las que ellos recuerden. En todos los casos se han de registrar los nombres de los informantes y edades. En este punto puede ser muy atractivo realizar una recopilación con el sesgo de la edad de los informantes. También podemos buscar un sesgo geográfico. A continuación se ofrece una serie de adivinanzas:
- Soy blanca como la nieve, y dulce como la miel; yo alegro los pasteles y la leche con café. (el azúcar)
- Después de haberme molido agua hirviendo echan en mí. La gente me bebe mucho cuando no quiere dormir. (el café)
- Con el dinero lo compro, con los dedos lo deslío, por la cara me lo como. (el caramelo)
- Una cajita chiquita, blanca como la cal, todos la saben abrir, nadie la sabe cerrar. (el huevo)
- Fríos, muy fríos estamos y con nuestros sabores a los niños animamos.(los helados)
- Te digo y te repito que si no lo adivinas no vales un pito. (el té)
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